La bondad de Dios hacia mí

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Me mude a Chattanooga un sábado en julio. Empezando de nuevo a los veintiséis años en una ciudad nueva rápidamente se volvió abrumador. Estuve en Chattanooga por menos de veinticuatro horas cuando entre en las puertas de la iglesia, North Shore Fellowship. Una sonrisa amable me saludó y me preguntó si quisiera registrar para la campaña Ora por mí. Dije “¡Sí!” sin saber lo que era, pero suponiendo que sería una buena manera de involucrarme en la iglesia.

Un mes después de decir “sí” a participar en la campaña Ora por mí, ocurrió el domingo del lanzamiento. Estuve parada en los bancos entre otros adultos de tres distintos generaciones mientras que los jóvenes de nuestra iglesia hicieron fila alrededor nuestro. Fue maravilloso verlo: jóvenes de once a dieciocho pidiendo a los adultos que orasen por ellos. Entonces era mi turno. Una rubia espabilada, del sexto grado, se me acercó seguida por una mujer de treinta y algo, Melissa, y una en sus sesenta, Suzanne. Summer dijo, “¿Orarán por mí?” La respuesta fue un “sí” definitiva y los cuatro encontramos una pequeña rincón de la iglesia, nos sentamos, y nos conocimos un poquito. Después de las introducciones iniciales, Summer compartió con nosotros como pudiéramos estar orando por ella. Summer hablo de la ansiedad que viene de estar en un nuevo grado con una nueva rutina y taquillas, haciendo nuevos amistades y haciendo audiciones para el teatro escolar. Nos compartió su entusiasmo por una visita a Disney para las vacaciones de Acción de Gracias y hablamos por un tiempo de nuestro amor mutuo por Old Navy. Orando por Summer usando la Guía de Oración: Ora por Mí, mi corazón ha sido alimentado y nutrido.

Ese domingo en agosto, no supe exactamente que significaría para mí decir “sí” al ser involucrado en la campaña Ora por mí. Mencioné que mudarme a una ciudad nueva fue abrumador. En el medio de una transición intensa donde sentí la carga del cambio y la inestabilidad, Dios me dio algo para estabilizarme. La amistad. Nos conocimos porque reconocemos la belleza de la iglesia juntándose alrededor de la siguiente generación y vemos a la oración como un lugar para darlo comienzo. Tres mujeres oran por Summer; sin embargo, ella no es la única que beneficia de la campaña Ora por mí.

He conseguido dos amigas mayores que yo, más sabias que yo, y en distintas etapas de la vida que la mía. Suzanne y Melissa me animan. Han entrado en mi vida y me han dejado entrar en las suyas y he sentido desbordada con el conocimiento de la bondad de Dios por mí. Compartimos cenas juntas y hablamos de la vida. Suzanne hasta me ha introducido a nuevas amigas de mi edad. El mes pasado ella invitó un grupo de jóvenes a su casa para cenar, vino Melissa también, y nos reímos y disfrutamos de nuestra amistad. Esta misma semana nos desayunamos juntos para celebrar la temporada de Navidad. Tengo estas amistades porque Dios ha sido bondadoso en atraerme a esta cosa que es la campaña Ora por mí.


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He estado en Chattanooga por seis meses y ahora trabajo aquí con la campaña Ora por mí. Aunque trabajo aquí, fui convencida de lo bueno que es antes de ser contratada. Por ser involucrada en la campaña Ora por mí, aprendí que tiende un puente entre generaciones en una manera hermosamente natural. Las generaciones mayores en nuestras iglesias realmente quieren amar a nuestros adolescentes y niños bien, pero no siempre saben cómo hacerlo. Y nuestros adolescentes y niños no siempre saben que necesitan amistades con las generaciones mayores hasta que lo tengan. La campaña Ora por mí es una manera práctica de resolver esta desconexión.

Esto es mi esperanza para Summer y toda la siguiente generación—espero que tengan amistades bellas con gente que sean diez, veinte, treinta, cuarenta, incluso cincuenta años mayor que ellos. Amistades que estén llenas de ánimo, sabiduría, y asombro. Amistad que les animará, acordándoles del único constante—Cristo, su evangelio, y su bondad hacia su pueblo. Hoy mismo, el plan soberano de Dios continúa desarrollándose mientras que nos atrae a relaciones cada vez más profundas entre nosotros, a comunión con él, y a un día más cerca a su venida. Estoy abundantemente agradecida que ese plan incluyó a la campaña Ora por mí y a los amigos que tengo por ello.